¿Qué SABES DE LA ESPERMATOGÉNESIS?
Es el proceso de formación de los espermatozoides, gametos masculinos, que se realiza en las gónadas masculinas.
Los espermatozoides son células haploides, es decir, tienen la mitad de los cromosomas que una célula somática. La reducción se produce mediante una división celular peculiar, la meiosis.
La espermatogénesis, en la especie humana, comienza cuando las células germinales de los túbulos seminíferos de los testículos se multiplican. Se forman unas células llamadas espermatogonias. Cuando el individuo alcanza la madurez sexual las espermatogonias aumentan de tamaño y se transforman en espermatocitos de primer orden. En estas células se produce la meiosis. La primera división de la misma da lugar a dos espermatocitos de segundo orden, y éstos, tras otra división celular, producen dos espermátidas cada uno. Las cuatro células resultantes son ya haploides. La siguiente fase es la espermiogénesis. En ella, las espermátidas se convierten en espermatozoides. Para ello, se reduce el citoplasma, el núcleo se alarga y queda en la cabeza del espermatozoide, las mitocondrias se colocan en el cuello y los centriolos originan un flagelo.
FISIOLOGÍA REPRODUCTIVA MASCULINA
Los espermatozoides o gametos masculinos se forman, crecen y maduran a través del proceso de espermatogénesis. Este proceso está regulado por hormonas llamadas gonadotrofinas, secretadas por la hipófisis. Los espermatozoides se producen en los tubos seminíferos a partir de las células germinales masculinas o espermatogonias que permanecen en reposo desde el nacimiento hasta la pubertad.
Las células reproductoras masculinas se encuentran en estado inmaduro en los testículos. La maduración se produce cuando los espermatozoides se desprenden del epitelio seminífero atravesando diversos conductos hasta llegar al epidídimo, donde se almacenan hasta la eyaculación. En ese lugar los espermatozoides reciben las secreciones provenientes de glándulas sexuales accesorias como la próstata y las vesículas seminales, incrementan su movilidad y adquieren la capacidad de fertilizar.
En el proceso de espermatogénesis participan las células de Sertoli que se encuentran en los tubos seminíferos. Ellas controlan el ambiente que favorece el mantenimiento de las células reproductoras masculinas. El ciclo espermatogénico del hombre tiene una duración de 70 días en los testículos y aproximadamente entre 7 y 21 días de maduración en el epidídimo.
En el epidídimo se almacenan unos 500 millones de espermatozoides maduros provenientes de ambos testículos, número que es reemplazado continuamente.
Los espermatozoides nada más son fértiles durante algunas semanas.
El escroto funciona como especie de termostato, gracias a lo cual los espermatozoides logran mantener la temperatura correcta. Cuando las temperaturas son elevadas el escroto se relaja para mantener los testículos alejados del cuerpo; en el frío se contrae, para atraerlos hacia el calor corporal.
El proceso de espermatogénesis por sí solo no determina que la fecundación sea lograda. Este proceso garantiza la formación y maduración de los espermatozoides, pero es necesario además, para que las células reproductoras masculinas alcancen pleno desarrollo funcional, la intervención de otros elementos que ayudan a la interacción con las secreciones de la mucosa del aparato reproductor femenino.
Lo que se conoce como capacidad espermática es vital para lograr que los espermatozoides consigan la fertilización. En la capacitación espermática participan mecanismos bioquímicos y fisiológicos que activan y controlan sustancias integradas en la membrana plasmática del espermatozoide para que este pueda sortear las estructuras del aparato reproductor femenino.
Cada espermatozoide está compuesto por una cabeza, donde se encuentran los cromosomas. En su parte intermedia o cuello se encuentran las mitocondrias responsables de producir la energía necesaria para que pueda alcanzar al óvulo. Su cola o flagelo, similar a un látigo, tiene como objetivo impulsar al espermatozoide hacia la célula reproductora femenina.
La función del espermatozoide es fertilizar al óvulo, para lo cual el semen le sirve de vehículo y aporta las sustancias necesarias para su supervivencia y energía. En condiciones adecuadas, los espermatozoides pueden permanecer vivos fuera del organismo durante varios días.
El semen, también conocido como esperma, es un líquido viscoso y blanquecino. Es producido por glándulas del tracto urogenital masculino.
Comienza a producirse a partir de la pubertad y manifiesta las características del adulto a partir de los 13 años en la mayoría de los adolescentes.
Según los especialistas un semen normal es aquel que tiene más de 20 millones de espermatozoides por mililitro, con movilidad lineal progresiva de al menos 25 % y con más de un 30 % de espermatozoides de forma normal. Se considera que el volumen medio de semen en una eyaculación es mayor de 3 mililitros, aunque ello depende de la abstinencia sexual previa y del grado de excitación durante la actividad sexual, entre otros factores
muy buena información .... me ayudo mas que en otras paginas ... muy buen trabajo :)
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